Hoy en día, el tratamiento estándar contra la hepatitis C se basa en interferón, un fármaco que ha de inyectarse periódicamente y que se asocia con numerosos efectos secundarios.
Los dolores de cabeza, cansancio, nerviosismo, insomnio, irritabilidad o depresión que sufren frecuentemente los pacientes dificultan en muchos casos el cumplimiento de la terapia y hacen que enfermos y especialistas lleven tiempo esperando una alternativa más tolerable.
Este anhelo podría estar cerca, a juzgar por los resultados de dos investigaciones financiadas por la industria farmacéutica que publica 'The New England Journal of Medicine'. Sus datos, aún preliminares, muestran muy buenos resultados en cuanto a efectividad, seguridad y tolerancia de dos antivirales directos que se administrarían por vía oral.
Se trata de sofosbuvir, desarrollado por Gilead, y el cóctel de Abbott que combina los fármacos denominados ABT-450/r y ABT-333. Ambos tratamientos deben administrarse junto a otro medicamento ya conocido por los pacientes con hepatitis C, rivabirina, que suele administrarse junto a interferón.
Salud.
El mundo. Sida y hepatitis.
7 de febrero de 2013
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